La tensión social se mascaba en las vísperas de la revolución francesa. Cada vez eran menos sostenibles los privilegios de unos grupos sociales que los exhibían –exprimían- sin escrúpulos. En ese contexto, Delicioso nos acerca a esos momentos con una receta infalible: Una exquisita historia que recorremos de inmediato con Manceron, el chef que protagoniza la película, un poco de crítica social y cierto aire prerrevolucionario, unos preciosos paisajes del campo francés, un vestuario cuidadísimo y una fotografía espectacular, aderezado todo, como no podía ser de otra forma, de cierto chovinismo francés en que se atribuyen tanto la invención de la alta cocina como la de la patata frita, todo ello perdonable.

El alumnado de 4º de ESO y de 1º de Bachillerato de Ciencias Sociales tuvo la oportunidad de ver esta película del director francés Éric Besnard. Casi dos horas atrapados en una apetitosa historia que nos recrea el ambiente del dieciocho francés. Su culinario título, en honor a un pastelito de patata y trufa que nos lleva a una historia de intriga y venganza, puede pasar desapercibido en la cartelera. Una lástima, porque es probable que no haya alternativa más apetecible esta semana.